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Los organizadores del Dakar Argentina Chile 2011 habían diseñado un recorrido pensado para mantener el suspense de la lucha por la victoria hasta el final. Cyril Despres y Marc Coma eran, de lejos, los dos grandes favoritos con sus KTM y las primeras etapas no hicieron sino confirmar esa superioridad de dos rivales ya históricos. Sin embargo, con lo que no contaba ASO ni, muy posiblemente, el propio piloto del equipo Red Bull KTM, es con la fortaleza del español que ha cubierto una segunda mitad de carrera impecable.
El Dakar es una carrera para héroes. La mayoría de triunfos están escritos con tintes épicos, pero Coma ha preferido aparcar por una vez las machadas y afrontar las trece etapas con una frialdad alucinante. Por supuesto que ha habido errores y algún que otro tropiezo en estas dos semanas, pero nunca han supuesto un coste en minutos demasiado severo. ¿Suert
e? La fortuna hay que buscarla y lo cierto es que el piloto de Avià ha completado una de las ediciones más perfectas que se recuerdan.
Y si no, que se lo pregunten a Cyril Despres. El francés, un tipo duro, es de los que no se muerde la lengua y no dudó en llamar a Coma “chuparrueda” en aquellas etapas en las que el español decidió limitarse a seguir la huella del francés. La guerra de nervios venía ya de atrás, del pasado año, cuando Marc fue sancionado con seis horas por cambiar un neumático trasero y perdió el Dakar 2010 con Despres. Esta vez el catalán, dolido por haber sido tachado de tramposo por el organizador galo, se ha limitado a hablar claro sobre la moto, tan claro que un cuarto de hora lo ha separado de su gran enemigo en una edición –esta vez sí- en la que moto y neumáticos eran idénticos para los dos.
Es su tercer triunfo tras los logrados en 2006 y 2009, cifra que lo equipara, como no, a Despres (2005, 2007 y 2010) y a otro grande del Dakar, el también francés Richard Sainct (1999, 2000 y 2003), que perdió la vida en el Rally de los Faraones de 2004. Queda lejos la cifra que Monsieur Dakar –Stéphane Peterhansel- logró en su etapa sobre dos ruedas, seis, o los cinco de Cyril Neveu, pero los cuatro del italiano Edi Orioli están muy cerca. "Hoy me he centrado en mi pilotaje. Era la única forma de obtener la victoria. Lo más difícil es que en ningún momento he podido relajarme. Tras terminar una jornada difícil, la siguiente lo era aún más. Sabemos que el Dakar es muy duro, pero este año lo ha sido especialmente. Esta victoria es la recompensa por todo el trabajo. Ha sido una larga labor. Son muchos años y mucha tensión estos últimos días. Es la recompensa de toda una carrera, de tantos años de sacrificio. Y ante todo tengo que rendir homenaje a las personas a mi alrededor. Teníamos objetivos ambiciosos y para lograrlos teníamos que ser los mejores, gente preparada y dispuesta para trabajar en la misma dirección. Al igual que para todos en el Dakar, hay momentos difíciles. Ahora voy a descansar y luego pensar en el futuro. La verdad es que con esta carrera, la tensión es permanente. No hay ni un momento para pensar en otra cosa", declaró Coma al poco de acabar este decimotercera etapa entre Córdoba y Buenos Aires.
“Es una especial que se aborda de forma diferente cuando se va primero, como el año pasado, cuando quieres que la carrera sea más corta. Cuando vas segundo, quieres que sea mucho más larga. Pero la sensación de terminar un Dakar siempre es buena, sobre todo aquí con todo el mundo. Estoy algo decepcionado de no haber podido lucirme un poco más deportivamente. He disputado once ediciones del Dakar, con ocho podios, y tres victorias. Una más hubiera estado bien. No he conseguido marcar la diferencia, he cometido errores, dos pequeños errores con consecuencias nefastas”, reconocía nada más acabar su carrera Despres, que acabó desquiciado en el arranque de la segunda mitad de este Dakar.
La última etapa del Dakar –hoy entre Córdoba y Buenos Aires- está reservada a homenajear a los supervivientes. Como sucede en el Tour de Francia, no suele esconder más trampas que las propias de una carrera que se desarrolla campo a través, pero cuando la mecánica está por medio nunca se sabe. El chileno Francisco ‘Chaleco’ López tenía todo a favor para hacerse con la tercera posición absoluta del Dakar 2011, pero en el kilómetro 159 de los 181 que tenía esta especial rompía el amortiguador de su Aprilia RVX 450 Tuareg.
Como le pasó a Sainz el jueves, López contó con la ayuda de sus compañeros Alain Duclos y Gerard Farrés, pero no pudo hacer nada por evitar pasar por meta a una hora y 12 minutos del belga Frans Verhoeven, el ganador de esta última etapa tras sacarle sólo cinco segundos al portugués Helder Rodrigues, precisamente con quien el chileno de Aprilia se jugaba el podio. La diferencia de casi tres cuartos de hora con la que llegó a Córdoba ayer han resultado no ser suficientes al sufrir también problemas eléctricos antes de pasar por meta y tener que acabar este Dakar remolcado por Duclos.
Tras Rodrigues y López, la quinta posición absoluta ha sido finalmente para Joan Pedrero (KTM), el mochilero de Marc Coma esta temporada y que aunque siempre ha estado preparado para echarle un cable a su compañero, no ha necesitado de él en estas dos semanas de carrera. El siguiente español clasificado ha sido Jordi Viladoms, ya en decimocuarta plaza y a más de siete horas del ganador.
Machada de Jorge Gómez
A muchísimas horas de Coma y después de sufrir lo que no está escrito en las interminables etapas de dunas, el grancanario Jorge Gómez ha logrado algo que parecía increíble cuando hace meses se planteó correr por primera vez el Dakar. A sus 49 años, ‘Koke’ ha conseguido llegar a meta en su primer intento, algo de lo que pueden presumir muy pocos.
Las últimas etapas se han convertido en un martirio para Gómez, que estuvo literalmente al borde del abandono a mediados de semana. “La etapa del miércoles pudo ser mi última etapa en este Dakar, bajando por una zona muy dura, metí la rueda delantera en un bache que dejó la llanta hecha un ocho… El llantazo provocó que tuviera que dedicar varias horas a radiarla (ajustar los radios a mano y uno por uno con una llave fija) en medio de la nada y con un calor sofocante… Pude continuar pero llegó la noche y, a unos ocho kilómetros de la meta, nos metimos en un río del que nos fue imposible salir y al final tuvieron que venir a rescatarnos. Llegamos a las cinco de la mañana al campamento y la salida de la etapa era a las seis, una hora después. El día siguiente iba prácticamente dormido sobre la moto y tanto es así que tras un par de sustos en la carretera de enlace me paré en el lateral y me puse a dormir… Una hora de sueño, y un par de Red Bull bastaron para recuperarme y continuar la etapa hasta el final de la etapa…”, relataba el piloto de BMW horas antes de emprender el camino de la última especial cronometrada y en el que ha logrado la 66ª posición. En la general ha terminado en el puesto 90, cerrando la clasificación de la categoría de motos.
