De las gélidas carreteras alpinas y los bosques nevados suecos a los caminos polvorientos que peinan las sierras de León. Como cada año, el Mundial muda de piel, de continente y de estación al llegar el Rallye de México, uno de los más selectivos de todo el campeonato, donde al hombre que lo preside por primera vez, Ott Tänak, le va a tocar sufrir abriendo pista el viernes, sobre las pedregosas pistas aztecas, al volante del imponente Toyota con el que pintó la cara a todos sus adversarios hace casi un mes, en los paisajes inmaculados de Escandinavia.
El binomio que más dominante se está mostrando desde que comenzó el curso en Monte-Carlo va a ser el encargado de encabezar, a partir de mañana por la noche, una caravana paupérrima, con tan solo 23 coches registrados para la primera de las cuatro citas oceánicas que conforman el calendario actual. Un plantel monopolizado casi por las escuadras oficiales; entre ellas, Hyundai, donde se reincorpora Dani Sordo, tomando el testigo a Sébastien Loeb como compañero de Thierry Neuville y Andreas Mikkelsen (al que relevará para el Tour de Corse).
Cuatro meses y medio después del Cataluña, el cántabro, que se impuso con autoridad hace dos semanas, con la versión R5 del i20, en el Rallye Serras de Fafe, recupera su puesto en el equipo, inaugurando su programa de ocho pruebas como piloto especialista sobre un terreno donde acostumbra a brillar cada año, para el que vuelve a contar, además, con unas condiciones propicias –tendrá pista limpia el viernes, al salir décimo– para volver a intentar luchar por ganar.
Sólo un pinchazo le impidió plantar cara hasta el final a un Sébastien Ogier que, a pesar de haber ganado el Monte-Carlo en su reencuentro con Citroën, llega a México, tras el traspiés de Suecia, con un botín más escaso que de costumbre, como tercer clasificado de un Mundial donde Toyota está llevando la voz cantante por ahora, y tendrá también mucho que decir ante el público americano, no sólo con Tänak, sino también con Jari-Matti Latvala y Kris Meeke.
Por primera vez, el castellano va a ser la lengua predominante dentro del WRC2. Benito Guerra, Marco Bulacia, Ricardo Triviño, los hermanos Heller, y algún que otro piloto de Latinoamérica, se disputarán hasta el domingo, con sendos R5, el triunfo de una categoría carente de equipos oficiales para este rallye, con la sola presencia del polaco Lukasz Pieniazek (cuarto en Suecia) dentro de la estructura de M-Sport.
