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Dos de tres para Sébastien Ogier. Después de haber regresado por la puerta grande a Citroën, ganando el Monte-Carlo a finales de enero en su estreno con el C3, el francés ha vuelto a aupar la bandera del doble chevrón hasta lo más alto del podio del Rallye de México. Una prueba extenuante, demoledora para pilotos y máquinas, que Seb ha vencido este fin de semana por quinta vez, aproximándose ya al récord de seis triunfos que ostenta al otro lado del charco su tocayo Loeb.
Ogier ha dominado también la Power Stage, obteniendo así el mayor botín posible de su viaje a las Américas, que le acerca nuevamente al liderato del Mundial antes del Tour de Corse, donde, teóricamente, el Citroën, sobre asfalto seco, tendrá muchas papeletas de brillar dentro de tres semanas ante el público galo.
Tänak saldrá allí otra vez sabiéndose líder del Mundial, con cuatro puntos de diferencia sobre el de Gap, después de haber salvado la papeleta que se le presentaba para este fin de semana, abriendo pista el viernes por primera vez, de manera más que decorosa: con el segundo puesto que le ha arrebatado hoy, durante la etapa final, a Elfyn Evans, quien ha logrado el primer podio de la temporada para M-Sport.
Detrás de él ha terminado Thierry Neuville, quien no ha dado visos este fin de semana de poder seguir el empuje que han demostrado tanto Ogier como Tänak. El belga sólo ha podido ser cuarto, por delante de otro de los damnificados de este rallye, Kris Meeke.
A continuación ha entrado Benito Guerra, vencedor en su tierra de la categoría WRC2, al volante de un Skoda Fabia R5, preparado por el equipo español RaceSeven, con el que ha batido al joven boliviano Marquito Bulacia.
Tras ellos se han clasificado los WRC de Jari-Matti Latvala, víctima hoy de una penalización de un minuto, y Dani Sordo, quien, a la postre, ha podido rascar dos puntitos de su primera actuación de la temporada, que, tal vez, podría haber materializado con una victoria si no se hubiese producido la avería eléctrica del viernes...
