Llegó sin hacer ruido al Sierra Morena, en los albores de la primavera, recién estrenado, ya sí, al socaire del nuevo Supercampeonato, el uniforme oficial del equipo Citroën. Y, mira tú por dónde, selló allí, contra todo pronóstico, con pasmosa facilidad, además, un triunfo de campanillas, rejuvenecedor para su nueva marca, que, casi sin pretenderlo, encauzó a Pepe López hacia el título del CERA. Una senda por la que ha avanzado a buen ritmo desde entonces, hasta plantarse ahora, mediado ya el trayecto, cada vez más cerca de la cima.
El joven madrileño (23 años) ha dado hoy un paso fundamental en el Rally de Ferrol. Casualmente, el mismo escenario donde, hace un año, cuando debutó como satélite de Citroën, sentó los cimientos del fortín que está edificando esta temporada, con el firme cometido de conquistar el Nacional y el Supercampeonato para promocionar por fin hacia el Mundial.
Aunque no se asemejen en nada las carreteras añejas, estrechas y descarnadas de Monfero o As Pontes al asfalto límpido de Hortaleza que pisa a diario, 'Súper López' ha vuelto a atemperar su ritmo con acierto, manejando así la batuta de un rally aderezado también por su amigo Senra (tercero, tras un pinchazo), en el que el madrileño se ha batido cuerpo a cuerpo otra vez con Iván Ares, el único adversario que le está plantando cara sobre asfalto este año.
Pese al denuedo que demuestra siempre con su Hyundai –más aún corriendo en casa–, y las diferencias tan ajustadas que han fluctuado desde ayer, el coruñés no ha podido evitar que Pepe haya redimido por completo su error del Cocido, culminando así la primera mitad del curso con cuatro victorias, y, por ende, como líder indiscutible del CERA. Un certamen en plena catarsis esta temporada, donde la revitalizada Copa Suzuki (ganada aquí por Fernando Rico) está ejerciendo un sostén vital, más que nunca.