.jpg)
A Enrique Cruz se le está poniendo cara de campeón. No lo tiene hecho todavía, menos aún cuando las circunstancias hacen imposible prever siquiera si al regional de rallies de asfalto le quedan dos o tres pruebas aún. Pero su triunfo del pasado sábado en el Rally Orvecame Norte frente a un Luis Monzón en plenitud de facultades –aunque con el factor ‘campo’ en contra– es un paso de gigante en la reconquista del título. Y lo sabe.
Lo del Rally Isla de Gran Canaria, con Yeray Lemes KO por un accidente y con Luis Monzón neutralizado por los problemas de motor de su coche –en concreto un mal funcionamiento del sistema de distribución–, podía ser casualidad. Pero lo visto en el Rally Orvecame Norte demuestra hasta qué punto el lagunero le ha cogido rápido el truco a los R5. Se cumple una vez más la máxima de que quien es rápido con un GT, lo es con un R5.
“La realidad es que me divertí muchísimo pese a la dureza de los tramos del rally”, declaró el pentacampeón regional ya con su tercera victoria en tres participaciones con el nuevo coche en el bolsillo. “El set-up del Ford Fiesta R5 ha sido casi perfecto. Sumamos más kilómetros de carrera y por tanto más experiencia, llevándonos a casa bastante información que nos ayudará a ser aún más competitivos. Este triunfo es muy importante para todos nosotros porque nos sitúa en una buena posición en el campeonato, aunque hay que ser realista y ser conscientes de que aún no hay nada decidido”, advierte.
Los cinco scratch en siete tramos –uno de ellos, de nuevo en el TC Plus– y esa victoria sobre Monzón son, para Cruz, resultado de un trabajo que empezó hace muchos meses. “Llevamos trabajando en el coche desde que llegó en el mes de febrero, pero debido a la pandemia apenas hemos hecho kilómetros sobre él. Sin embargo, todo el equipo ha querido hacer frente a ese hándicap que tenemos respecto a nuestros principales rivales, que tienen centenares de kilómetros hechos con este tipo de coches. Y los resultados están empezando a llegar”.
