Hace meses les hablamos aquí de las coincidencias entre los tres grandes pilotos que nos ha dado el deporte del motor entre la última década del pasado siglo y lo que llevamos de Siglo XXI. Valentino Rossi, Micael Schumacher y Sébastien Loeb comparten títulos, decenas de victorias en la categoría reina de sus respectivas modalidades y una pasión desmedida por todo lo que tenga ruedas, pero también su debilidad por los retos.
Con ‘el Káiser’ ya jubilado tras su paso en falso con Mercedes y Rossi de vuelta a Yamaha en lo que parece ser su último cartucho en MotoGP, Loeb está cerca de despedirse de los rallies, pero antes quiere conseguir el más difícil todavía.
Aún hay quien le echa en cara al francés que su reinado en el WRC se ha producido en un momento en el que este campeonato ha estado carente de figuras de primer nivel. ‘Seb’ les ha tapado la boca con nueve entorchados y un número de victorias que triplica a cualquier otro piloto con palmarés en el mundial. Su participación con victoria incluida en los X-Games durante el verano de 2012 fue otra manera de saciar su ansia de retos y en la recta final de su carrera en los rallies ha encontrado otro más en la Pikes Peak, sin duda la subida de montaña más célebre y espectacular del mundo.
En este camino de búsqueda se ha cruzado con Peugeot Sport. La marca francesa, hermana de Citroën en el Grupo PSA, lleva meses intentando reavivar la llama de un mito que lleva durmiente en el corazón de los aficionados a los rallies. Por lo menos de aquellos que tuvieron algo que ver con los añorados Grupo B. De ahí la recuperación primero de los colores de guerra del equipo oficial Peugeot de la época para el 208 R2 y R5 y, hace poco, el regreso de la denominación ‘T16’ para el modelo que va a ser el relevo del 207 Súper 2000.
Peugeot Sport también tiene ganado un pedacito del cielo de la Pikes Peak Hill. Ganó en dos ocasiones, la primera con un 405 T16 en manos del finlandés Ari Vatanen. Fue después de que los Grupo B fueran prohibidos en el Mundial de Rallies y la organización de esta ‘carrera a las nubes’ como también se le conoce creara una nueva categoría ‘unlimited’ en la que estos coches pudieron seguir haciéndose más y más potentes.
Vatanen ya le disputó el triunfo a Walter Röhrl en 1987, pero problemas técnicos en su 205 T16 le impidieron romper el dominio Audi. Un año después, a los mandos del nuevo 405 T16 pudo darle a Peugeot ese triunfo en una ascensión que pasó a la historia a través de la película ‘Climb dance’ de Jean Louis Mourey. Dos años más tarde la marca francesa reeditó el título, esta vez con Robby Unser como piloto.
A diferencia de aquellas ediciones del pasado, la Pikes Peak se desarrolla íntegramente sobre asfalto. El trazado mantiene sus 156 curvas en los veinte kilómetros de longitud, muchas de ellas sin protección alguna frente a los precipicios que rodean esta colina del estado de Colorado (EE.UU.) que asciende desde los 2.800 hasta los 4.300 metros sobre el nivel del mar. El récord en la categoría ‘unlimited’ –donde se inscribirá de nuevo la marca francesa– la tiene Nobuhiro Tajima, ex director del Suzuki World Rally Team, con un tiempo de 9 minutos, 51 segundos y 278 milésimas que logró en 2011 con un Suzuki SX4. El récord absoluto es propiedad de Rhys Millen, que con un Hyundai Genesis Coupe marcó el pasado año 9:46.164.
La Pikes Peak International Hill Climb 2013 celebrará el 30 de junio y se espera que la imagen definitiva del 208 T16 que Peugeot Sport está creando específicamente para esta carrera se presente a mediados de este mes de abril.