Uno de cada cuatro conductores afirma haberse distraído al volante a causa de su mascota. Ese es el resultado del análisis realizado por el portal 'acierto.com' en el que se revela que son los varones de entre 18 y 24 años los que experimentan en mayor número estas distracciones. El mismo estudio apunta que un 32% de los encuestados lo dejan suelto en el interior del habitáculo.
Las cifras cobran todavía más importancia si tenemos en cuenta que más de la mitad de estos conductores –concretamente, el 59,4%– tienen hijos. Por desgracia, la combinación de niño y animal suelto en los asientos traseros podría incrementar el riesgo de sufrir un descuido durante la marcha y, por tanto, de verse inmerso en un accidente.
"La forma más recomendable de transportar a nuestra mascota en coche es hacerlo en el asiento trasero, combinando el transportín con la rejilla divisoria", recuerda Carlos Brüggeman, cofundador de acierto.com. "No obstante, el actual Reglamento General de Circulación no recoge explícitamente cómo deben viajar las mascotas, sino que indica que tanto los objetos como los animales transportados deberán estar colocados adecuadamente para no interferir con el conductor".
Además, no podemos perder de vista que, si se produce un choque frontal, la deceleración hace que el peso de nuestra mascota se multiplique por entre 20 y 30. "Es decir, en un siniestro de este tipo a 50 kilómetros por hora, un perro de 10 kilos supondría una masa de colisión de unos 200 o 300 kilos. Algo que podría ocasionar unos daños más graves de lo que a priori podríamos pensar", explica Brüggemann.
El experto también apunta a las posibles lesiones de los animales pues, por regla general, las aseguradoras no los consideran como "ocupantes del vehículo". Sin embargo, existen pólizas específicas para cubrir los gastos del veterinario y que incluso contemplan indemnizaciones por accidente o defunción.
El informe al completo está en este enlace.