Hace algunas fechas, Kia Canarias presentaba en sociedad la última edición del Kia Picanto, momento en el que comprobamos que lejos de lo que suele ser una actualización al uso, los cambios eran lo suficientemente significativos como para considerar un verdadero salto generacional.
Estos días además lo hemos conducido, y sí, sigue siendo ese coche compacto de siempre -mide tan solo 3,60 metros de longitud-, no obstante, más allá de la evidente evolución estética de la que enseguida les hablaremos, Kia vuelve a poner de manifiesto su habilidad para sacar partido a sus dimensiones, cuidando de paso detalles tan importantes como la economía de uso y particularmente, la seguridad.
Para empezar y considerando que se trata de un vehículo para la batalla diaria, sorprende el atrevimiento de la marca a la hora de renovar su diseño, dotándolo de un aspecto más cuidado, pero sin perder su imagen fresca y jovial. Para ello, el nuevo utilitario adopta una peculiar firma luminosa que no sólo aporta modernidad, sino que hace que el coche gane en presencia escénica. En la versión GT-Line, la correspondiente a nuestra unidad de prueba, los detalles deportivos subrayan aún más esta impresión gracias a la incorporación de un nuevo parachoques específico, las llantas en medidas de 16 pulgadas y elementos decorativos exclusivos que no pasan desapercibidos.
En la parte trasera, el diseño también juega un papel fundamental. La banda luminosa que conecta ambos pilotos traseros refuerza su encanto, al igual que lo hace el conjunto posterior con la introducción de un nuevo parachoques. Este incluye un embellecedor a modo de difusor, y soportes para las luces antiniebla en los extremos que, acoplados a los pasos de rueda, proyectan una imagen más firme y musculada de la zaga.
MÁSTER EN APROVECHAMIENTO
A bordo del Picanto lo primero que notamos es que todo está perfectamente dimensionado. La posición de conducción es cómoda, existe altura de sobra entre la cabeza y el techo, y la distancia entre ambas banquetas delanteras es amplia.
El espacio en los asientos posteriores, dada nuestra elevada talla, no corre la misma suerte. Este se muestra algo justo para dos adultos, no así si quien viaja detrás son los más pequeños de la casa. Sin duda, forma y función van de la mano, mostrándose igual de recomendable tanto para jóvenes conductores que se aventuran a comprar su primer coche como para aquellos que buscan una segunda unidad para la familia.
En la cabina tampoco se prescinde del estilo. La versión GT-Line aporta singularidad, con detalles como los pedales en aluminio, el volante achatado y los acabados en cuero sintético, otorgando un sello de calidad a toda la ambientación interior.
Los soportes de información y entretenimiento son también elementos a considerar. Junto al panel de la instrumentación, mitad analógico, mitad digital, la pantalla táctil de ocho pulgadas ofrece todo lo necesario para una interacción clara, rápida y fácil de usar. La conectividad con el dispositivo personal a través de Apple CarPlay o Android Auto es fundamental en cualquiera de los supuestos anteriores. Ello permite, entre otras funciones, tanto recibir o hacer llamadas como escuchar nuestra propia música. Además, la plataforma Kia Connect añaden un plus de servicios de contenido práctico.
El maletero cuenta con un volumen de 255 litros, dispone de doble fondo y se puede ampliar hasta los 1.010 litros abatiendo los asientos traseros.
EN ACCIÓN
No es difícil intuir donde radica su legendaria popularidad. El rendimiento del motor de gasolina 1.2 DPI de 79 CV ofrece un perfecto equilibrio entre potencia y bajo consumo de combustible. Además, se muestra preciso en las maniobras, ágil entre el tráfico y cuenta con las proporciones adecuadas para que la tarea de aparcar en la ciudad no se convierta en un imposible.
También se agradece el excelente trabajo realizado en el ajuste del chasis. Gracias a la suspensión independiente MacPherson, el eje torsional trasero y el sistema de vectorización de par, la estabilidad de comportamiento es reseñable, absorbiendo sin resentirse en exceso las irregularidades de las calles. El motor de nuestra unidad de prueba está asociado a una caja manual de cinco velocidades -también puede ir equipado con una transmisión automatizada AMT-, cambiando con suavidad y permitiendo circular en marchas altas para beneficiar el ahorro.
Además, que sea pequeño no significa que se descuide la seguridad. En este sentido, el nuevo Kia Picanto cuenta con un equipamiento de los más completos de su categoría, incluyendo sistema para evitar colisiones frontales, así como asistente de permanencia en carril y asistente de seguimiento en carril, además de asistente inteligente de límite de velocidad, entre otras soluciones.