Sébastien Ogier ha certificado este fin de semana, en el Rallye de México, un arranque de temporada con M-Sport más espléndido todavía que el pasado año, cuando acabó sellando su quinto título mundial. Después de ganar en Montecarlo, y de las penalidades que sufrió en Suecia abriendo pista prácticamente de principio a fin, el piloto de Gap -que llevaba sin dominar sobre tierra desde el Portugal del pasado año- ha cosechado un nuevo triunfo al otro lado del charco -el cuarto en su palmarés- que le devuelve al liderato del Mundial por nueve puntos de diferencia sobre Thierry Neuville; a la postre, sexto clasificado en la prueba azteca.
Kris Meeke iba camino de escoltar al francés, después de los pinchazos que sufrieron en la cuarta especial los dos hombres que se habían disputado hasta entonces los honores del rallye: Dani Sordo y Sébastien Loeb. Sin embargo, un vuelco del británico a las primeras de cambio, nada más arrancar la última etapa, ha puesto las cosas de cara al español para que pudiera hacerse con el segundo puesto -a pesar de haber pinchado nuevamente en la Power Stage-; el mejor resultado que logra el cántabro desde el Cataluña de 2016.
Mientras tanto, Seb ha completado su primera aparición mundialista después de tres años como quinto clasificado, por detrás de Andreas Mikkelsen. De no haber pinchado, tal vez podría haber completado la machada de ganar el rallye. En cualquier caso, la operación ha sido todo un acierto: ha vuelto a demostrar un pilotaje extraordinario, un talento especial, ha devuelto a Citroën a la primera plana del Mundial, y ha sido, sin duda, el gran animador de esta tercera cita. En abril, veremos cómo se desenvuelve sobre asfalto por otro de sus territorios fetiche: Córcega.
Rallye aciago, en cambio, para Toyota. Sólo Jari-Matti Latvala ha conseguido sumar los puntos del séptimo puesto, después de un fin de semana plagado de problemas para él y sus compañeros de equipo, Esapekka Lappi y Ott Tänak (undécimo y decimocuarto, respectivamente).
Teemu Suninen tampoco lo ha tenido fácil en su primera actuación en tierras americanas al volante de un WRC. Ha acabado duodécimo, delante del jovencísimo piloto boliviano Marco Bulacia; cuarto entre los participantes de la categoría WRC2, a espaldas del chileno Pedro Heller.
Nil Solans ha tenido también un debut demasiado azaroso en México. Los problemas mecánicos se han reproducido en su montura cada jornada. Al menos, ha podido completar la última jornada con sensaciones positivas, marcando cronos cercanos a los de Kalle Rovanperä, Jari Huttunen, y Pontus Tidemand, vencedor en este apartado, por delante de Gus Greensmith.
