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Kawasaki Z 750R: para sibaritas

  • La Z750 sigue siendo la referencia en la categoría.

En contadas ocasiones se nos ha dado la oportunidad en estos meses de poder disfrutar de la que es una de nuestras mayores pasiones y modelos como la Kawasaki Z 750R bien valen nuestro tiempo. Derivada directamente de la Z 750, esta nueva versión viene a acallar un clamor popular en la que la superventas parecía ir perdiendo protagonismo. Las naked cubren hoy por hoy buena parte del mercado de la moto. Una moda a la que Kawa no fue ajena aprovechando el boom de la categoría para implantar en el mercado uno de los modelos con más éxito de los que se recuerdan en la marca. Por diseño, por cilindrada pero principalmente por su facilidad de manejo y adaptación a cualquier nivel de pilotaje, la Z 750 se convirtió en la niña mimada entre las de su especie.

Pero como es habitual, la capacidad de reacción del mercado es inmediata y las motos emprendieron una evolución indiscriminada, surgiendo nuevas soluciones que empezaban a poner en entredicho las grandes cualidades con las que hoy por hoy sigue contando la Z. La respuesta, en cualquier caso no se ha hecho esperar ¿Queréis más? Tres años copando los primeros puestos en el ranking de ventas no pueden ser casualidad y por tanto un inmejorable punto de partida. La nueva Z 750R supone, en este sentido, una evolución. Un paso adelante en la que sutiles cambios estéticos encubren toda una revolución en su comportamiento  basada en la revisión de buena parte de los elementos que componen su parte ciclo.

El responsable de Salón Mercurio ya nos había advertido ¡La moto es una pasada! ¿Pasión por la marca? Lo cierto es que Fermín Batista sabe de lo que habla. Un par de años rodando con la versión estándar lo distinguen como el mejor embajador a la hora evaluar con máximo rigor los progresos conseguidos en el nuevo modelo. Un ligero repaso visual al conjunto nos pone en alerta y recibimos una primera señal. El color dorado de la horquilla delantera que mantiene su diámetro en 41 mm y su posición invertida, encarna una mejora en su eficacia extendiendo el sistema hidráulico a ambas barras. Se ajusta en precarga y extensión permitiendo un tarado más duro, propio de modelos más próximos a los circuitos. A baja velocidad su comportamiento es bastante neutro sin embargo en frenadas fuertes asimila con enorme dulzura su papel protagonista hundiéndose lenta y progresivamente para darnos ese punto de seguridad que separa el disfrute de la radicalidad.

En este comportamiento tiene mucho que ver los frenos, un conjunto que hereda de la Z1000 compuesto por pinzas Nissin de cuatro pistones y su sistema de bomba y anclaje radial. Los discos lobulados de mayor grosor y los latiguillos metálicos nos sitúan en el umbral de modelos mucho más deportivos. Los cambios afectan también al tren trasero escogiendo para este modelo un sistema progresivo de bieletas un poco más largas que se ancla a un amortiguador con depósito de gas separado. Un sistema que junto al nuevo basculante en aluminio permite mantener en cualquier circunstancia inalterada su geometría. El chasis no sufre cambio alguno sin embargo es curioso como mejorando ciertos aspectos se ve beneficiado su comportamiento. El modelo imprime en cualquier situación grandes dosis de seguridad y eso siempre se agradece.

De nuevo la Kawasaki Z 750R nos sitúa con los del pelotón de cabeza distinguiéndonos en la lejanía gracias a su nueva decoración. Los acabados en negro en la cúpula, las tapas del motor y el silenciador permiten vislumbrar en detalle los ligeros cambios que se han efectuado en el frontal, el guardabarros y el nuevo estilo utilizado en los intermitentes. La instrumentación que aparece también adornada por un fondo en color negro, ofrece toda la información con un simple vistazo. El tacómetro de estilo analógico se complementa con una pantalla LCD de color naranja que incorpora velocímetro digital, odómetro, cuentakilómetros, temperatura del agua, nivel de combustible y siempre necesario reloj.

De resto nadie diría que estamos ante un nuevo modelo y es que para qué cambiar una fórmula que sigue siendo un éxito. Una conquista en la que tiene mucho que ver su motor tetracilíndrico de 748 cc. Pocos modelos se habían aventurado a sacar una versión que sobrepasara los límites en los que tradicionalmente se había movido la categoría y este salto cualitativo es sin lugar a dudas uno de sus grandes logros. Motor de cuatro tiempos y refrigeración líquida con un par que se hace patente desde muy bajas revoluciones. Lo que ocurre en la parte más alta del cuentarrevoluciones dejaremos que lo descubran ustedes mismos…

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