La versión noble del C3 no fue una anomalía. La familia DS empieza a ser una realidad, con unos genes reconocibles y en la que, tal y como prometieron desde Francia, clase y carácter van de la mano. El siguiente eslabón de esta cadena es el DS4, un coche cuya comercialización ha arrancado, fiel a su cita en Canarias, justo antes del verano. Lo vimos rodar por primera vez en nuestras carreteras como coche cero de esta pasada Subida de Arucas.
El sello DS ya dispone de un modus operandi, un libro de estilo a partir del cual reinterpretar los Citroën con un lenguaje coherente. Para dar fe están ya el DS3, el DS4 y, a finales de 2011 o principios de 2012, el DS5. El estatus es el concepto que impregna el coche desde la calandra al alerón trasero. Un linaje que le llega por la misma vía que en su hermano pequeño: por el tratamiento de elementos clave de su diseño como si fueran piezas de artesanía. Sucede en los chevrones de la parrilla, en la línea de cintura que traza el cromado que rodea los cristales o en las llantas (hasta 19’’), con un acabado primoroso.
Hay pinceladas de estilo en forma de luz, como el efecto bumerán que dibujan los pilotos traseros o la luz diurna frontal. Igual de acertado es el sistema que se adopta para la apertura de las puertas traseras. Como en su momento hizo Alfa Romeo y, posteriormente, Seat, los tiradores se han camuflado en el marco de las ventanillas.
Lo último de Citroën muestra las formas de un ‘cross cupé’ dada la inusual altura de su carrocería donde sus medidas (4,27 metros de longitud, 1,81 metros de ancho y 1,53 metros de altura) hacen hincapié en su polivalencia basada en un estilo netamente deportivo y una habitabilidad fuera de toda duda.
Vista y tacto
Como ya vimos en su predecesor, el DS4 huye de lo usual. También su interior, con un puesto de conducción envolvente y repleto de detalles. Esto se aprecia en los cromados de las rejillas de ventilación, en la palanca de cambios, en los aros que rematan los relojes del cuadro o en los mandos de la consola. Desde la marca se asegura que el DS4 también se diferencia por ofrecer “una calidad táctil excepcional”, ya que se opta por un material flexible denominado ‘slush’.
El cuero –con cinco combinaciones en total- es otra de las constantes en cabina. Salpicadero, paneles de puertas y asientos están revestidos en piel, éstos últimos con una zona central que imita los eslabones de la pulsera de un reloj y, en los bordes, con un juego de costuras que nos recuerda que el DS4 explora el lado Premium del C4, pero también una cierta dosis de deportividad. Desde la marca se asegura que todo el interior ha recibido un especial tratamiento para aislarlo de cualquier ingerencia externa en forma de decibelios.
En un punto equidistante entre su diseño interior y exterior, el techo tiene un protagonismo muy importante en el DS4. Por un lado, su caída en busca del alerón le aporta ese aire cupé indispensable en un coche de su corte; por otro, su primera sección en vidrio inunda el interior de luz y proporciona al conductor una enorme visibilidad. Este techo panorámico no es el único que incrementa el campo de visión del piloto. El DS4 alza su carrocería 4 centímetros y, según Citroën, su propia posición de conducción está sobreelevada en este modelo. No es la única cota que experimenta cambios. La longitud se reduce en seis centímetros (4,27 metros) y la anchura se estira en otros tres centímetros (1,81 metros). Fruto de esta reestructuración, el maletero se deja alrededor de 30 litros de su volumen de carga.
En motores, lo mejor de Citroën
Las tres motorizaciones de gasolina que ofrece el nuevo DS4 son resultado de la colaboración entre PSA Peugeot Citroën y BMW Group. Esta familia de motores, bautizada ‘EP’, tiene una cilindrada de 1.598 cc y está disponible en tres niveles de potencia. El primer peldaño lo forma el VTi de 120 CV y 160 Nm, una mecánica con calado continuamente variable de válvulas (de ahí VTi) que hace prevalecer el agrado real de conducción y cuyo consumo mixto se sitúa en los 6,2 l/100 Km y, sus emisiones, en 144 g de CO2 por km.
Gracias al empleo de la inyección directa y de un turbocompresor, el motor THP 155, el siguiente escalón, ofrece prestaciones de alto nivel y bajos consumos. El par máximo obtenido es de 240 Nm desde las 1.400 rpm, un valor que se mantiene constante hasta las 4.000 rpm. Esta característica ofrece un agrado de conducción comparable al que proporcionan las motorizaciones diésel de la familia HDi en bajos y medios regímenes.
En la cúspide de la oferta gasolina se encuentra el Citroën DS4 THP 200 dispone de una motorización sorprendente por sus cualidades. En aspectos en los que con frecuencia es necesario hacer renuncias, el DS4 THP 200 ofrece una elevada potencia, un importante par motor en un amplio abanico de régimen de giro, un nivel sonoro adaptado, bajos consumos y emisiones de CO2 y agrado de conducción al más alto nivel.
La motorización THP 200 desarrolla 200 CV y una potencia específica de 125 CV/l. Esta mecánica se convierte en una nueva referencia en su categoría. A pesar de su fuerza, el consumo de combustible se ancla en unos niveles muy competitivos (6,4 litros a los 100 km en ciclo mixto), igual que sus emisiones de CO2: 149 gramos por km. Si esto es así es porque la inyección directa de gasolina permite una mejora de la combustión, con mayor precisión, una mejor dosificación y una reducción del carburante no quemado.
Su sonido ha sido especialmente trabajado, con una concienzuda puesta a punto en colaboración con los acústicos. Ellos desarrollaron lo que han llamado Sound System, un dispositivo que modifica su rendimiento sonoro en ciertas condiciones de utilización. Como si de un instrumento de música se tratase, una membrana vibratoria asociada con la admisión del aire, proporciona una sonoridad particular, más sorda en las aceleraciones. Este tono está generado y amplificado por la depresión existente en un conducto acústico específico. En régimen de crucero, la sonoridad emitida se vuelve a la normalidad para proporcionar un mayor confort a los ocupantes.
En diesel hay dos variables: HDi 110 y HDi 160, ambas asociadas a un filtro de partículas. El primero es el archi conocido 1.6 que ya han montado desde el C3 hasta el C5 y que a pesar de su denominación oficial, rinde 112 CV. Respecto al segundo, ha sido retocado recientemente para ser implantado en el C5. Este ‘dos litros’, está dotado de un sistema de rampa común (common rail) de tercera generación que proporciona una presión que puede alcanzar los 2.000 bares. Entrega una potencia de 163 CV a 3 750 rpm y su par máximo se eleva a 340 Nm desde las 2 000 a las 3 000 rpm. El consumo normalizado en ciclo mixto es de 5,1 l/100 km y sus emisiones de CO2 de 134 g/km.
Como otros Citroën, el DS4 dispone de versiones e-HDi asociadas a la motorización HDi 110 y a la caja de cambios manual pilotada CMP6, antes de incorporarse posteriormente una versión con cambio manual. Estas variantes dentro de la gama incluyen el sistema de arranque y parada automática Stop&Start de segunda generación, entre otros.
Tren de rodaje optimizado
Dotado con un tren pseudo McPherson delante y de una traviesa deformable detrás, el Citroën DS4 adapta las definiciones ya utilizadas en el C4, con reglajes y órganos específicos. La plataforma utilizada es la de las gamas medias (C4, C4 Picasso, Berlingo). Las modificaciones que se han tomado están enfocadas de una parte a diferenciar al DS4 del C4 y por otra parte a proporcionar al DS4 un comportamiento preciso, como el del C4 pero con un toque suplementario de dinamismo, en concordancia con el estilo del vehículo.
Globalmente, el comportamiento en carretera es de una sorprendente eficacia. Las instrucciones dadas se transmiten directamente y de manera precisa a los trenes rodantes: el Citroën DS4 se sitúa allí donde uno quiere y proporciona la sensación de tener la carretera en la punta de los dedos y de los pies. Las sensaciones que se tienen al volante de este vehículo son las mismas que en un coupé. La amortiguación favorece la eficacia pero sin hacer que el vehículo no sea confortable. El Citroën DS4 provoca el deseo de salir a conducirlo en todo tipo de carreteras, para poder sacarle todo su jugo.
Las evoluciones que se han aplicado en el tren delantero afectan, principalmente, a los amortiguadores, los muelles y la barra estabilizadora. La flexibilidad de los muelles se ha reducido, aproximadamente, un 10%, mientras que los amortiguadores llevan un calibrado algo más firme y la barra estabilizadora pasa de 23 a 23,5 mm. En el tren trasero, las adaptaciones se han realizado, sobre todo, en la definición de la traviesa, los muelles y los amortiguadores. La traviesa trasera es alrededor de un 25 por ciento más rígida que la del C4. La flexibilidad de los muelles se ha reducido entre un 7 por ciento y un 10 por ciento. Los amortiguadores son específicos.
Para el DS4, la asistencia de la dirección, ligeramente menos importante, proporciona más datos, debido a las definiciones retenidas de los reglajes de las suspensiones, tanto en amortiguación como en flexibilidad. En cuanto a sus frenos, las dimensiones, la potencia y la resistencia al sobrecalentamiento de todo el sistema se han diseñado tanto para satisfacer a los conductores tranquilos como a los más deportivos. Las versiones más potentes, HDi 160 equipadas con las llantas de 19 pulgadas, y THP 200, disponen de discos ventilados delanteros de 340 mm de diámetro y discos de 290 mm en el tren trasero.
En la elite de su categoría
Respecto a los asistentes a la conducción y equipamiento de seguridad y confort, el DS4 se sitúa en la elite de su categoría con vigilancia de ángulo muerto, alerta de cambio involuntario de carril, el detector de una baja presión de neumáticos, iluminación estática de intersección y faros bi-xenón autodireccionables.
Presente en el conjunto de la gama, la ayuda a la salida en pendiente facilita mucho las maniobras en rampas. Permite mantener parado al Citroën DS4 unos segundos, una vez soltado el pedal del freno, en pendientes superiores a los tres grados. El conductor dispone así del tiempo necesario para que su pie derecho alcance el pedal del acelerador para comenzar el desplazamiento del vehículo, asistente de arranque en pendiente, regulador y limitador voluntario de velocidad programable, indicador de cambio de marcha, medidor lateral de espacio en aparcamiento o el sistema de navegación eMyWay con indicación de velocidades máximas autorizadas. Además, llega con el aval de haber obtenido cinco estrellas en los test de choque de EuroNCAP.
Este segundo eslabón de la cadena DS ya está en los concesionarios y, en la lanzadera, listo para remover conciencias entre las berlinas Premium, el DS5, que será una realidad hacia finales de 2011 y principios de 2012.