DEPORTE
WRC

Loeb reaparece en la segunda etapa

  • Con problemas de motor Sordo se mantiene en novena posición

Aunque después de los seis primeros tramos el tanteo de scratch (cinco de seis posibles) seguía confirmando la superioridad de Sébastien Ogier, su ventaja al frente de la provisional seguía sin ser sólida. Menos de veinte segundos era poco colchón cuando la respiración que se siente en el cogote es la de Sébastien Loeb. 

El nueve veces campeón del mundo mantuvo la presión sin importarle que una y otra vez fuera el nombre de su archirrival el que regularmente acabara marcando el mejor tiempo y su tenacidad tuvo premio en ‘Amboy–Yacanto 1’, el séptimo tramo, cuando el Volkswagen Polo R WRC de su tocayo resbaló al llegar a una zona de barro con problemas en el freno de mano y perdía 44,5’’, un mundo cuando las diferencias entre uno y otro habían sido mínimas.

El líder destacado del mundial caía a la tercera posición a 26,3’’ y con Mikko Hirvonen a 17,4’’. El finlandés llegaba a Argentina tras él en la provisional del WRC, así que Ogier recalibró su punto de mira para poder darle caza primero y así seguir reforzando su situación en el mundial. Al menos eso era lo que decía con la boca pequeña, ya que debía ser difícil para él renunciar a uno de sus últimos duelos con el campeonísimo de Citroën.

Y fue precisamente en ese momento cuando Loeb volvió a ser Loeb. Ante el más mínimo signo de duda de sus rivales el francés se crece y por ello en la segunda pasada por ‘Santa Rosa–Villa del Dique’ (40,69 km) y ‘Amboy–Yacanto’ (39,16 km) marcó dos scratch consecutivos para estirar su ventaja hasta cerca del medio minuto. En ese momento Ogier era un perro flaco al que le iban todas las pulgas. Un pinchazo en la octava especial le hizo perder el scratch que quizá hubiera demostrado a Loeb que iba a tener que sudar tinta para derrotarle, pero con una sola rueda de repuesto tuvo que ser más conservador en el noveno tramo y perdía diez segundos más hasta los 40,3 que redujo a 39,8 tras la súper especial final.

En ese momento este Rally de Argentina ya era lo que todos esperaban, una carrera de supervivencia en el que el número de bajas crecía tramo tras tramo. Por ello, al ver las barbas de su vecino afeitadas, Ogier entendió que lo mejor era poner las suyas a remojo y aprovechó los problemas eléctricos de Mikko Hirvonen en su Citroën DS3 WRC –que ya venía de pinchar en el TC8– y otro pinchazo de su compañero Jari-Matti Latvala para quedarse en una plácida segunda posición que lo hará aún más líder del mundial.

Con Andreas Mikkelsen fuera también al romper la suspensión del tercero de los Polo R WRC, la tercera posición era para Evgeny Novikov (Ford Fiesta RS WRC), aunque con Latvala a una diferencia de sólo 8,2’’ después de la súper especial que cerró esta larga jornada del viernes. La quinta posición era para Thierry Neuville (Ford Fiesta RS WRC) con Hirvonen sexto a más de tres minutos de él. Dani Sordo podría haber aprovechado esa sucesión de problemas y bajas para escalar muchas posiciones en la provisional, pero para colmo de males en este rally nefasto para él y para Carlos del Barrio, el motor de su DS3 WRC oficial empezó a fallar al vadear un paso de agua y siguió perdiendo cantidades ingentes de tiempo respecto a los pilotos de cabeza. Prueba de ello es que cerró la jornada en novena posición por detrás del reenganchado Mads Ostberg y de Martin Prokop. 

 

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