Marcos González y Eduardo González tuvieron este pasado fin de semana una lección intensiva en el Rally Empordà, segunda de las citas del Volant RACC y puntuable también para el regional catalán. Era la primera carrera de los canarios con el Peugeot 107 en asfalto después de su debut en tierra en Cervera y el cielo quiso que fuera bajo la lluvia. Un plus de dificultad que si bien pesó en el resultado, permitió al joven lanzaroteño continuar con su proceso de aprendizaje.
El primer tramo (‘La Ganga’, de 6,34 km) amaneció húmedo, una circunstancia común para todos los participantes de esta copa monomarca que salían de manera consecutiva. González esperaba poder sacar provecho de su mayor experiencia en asfalto –había corrido previamente dos rallies sobre esta superficie en Canarias–, pero el conocimiento del terreno de los equipos locales fue un hándicap demasiado pesado. “Aunque estaba mojado me encontraba cómodo y creí que podía conseguir un buen tiempo. Salí con muchas ganas de ver si lo aprendido en Cervera nos iba a permitir estar más cerca. Al llegar a la meta vi que las diferencias con los de la cabeza de la copa eran muy grandes y eso me dejó un poco decepcionado”.
Con el ánimo tocado quiso subir un punto la presión en ‘Els Àngels’ (14,9 km) y ‘Santa Pellaia’ (7,63 km), segundo y tercer tramo que se celebraron bajo una lluvia que ya no cesó hasta el final del rally. “Los cronos mejoraron, pero en el último de esa sección el coche se me fue de atrás y nos quedamos atrapados en una cuneta. Era en una zona sin público y Eduardo y yo estuvimos más de diez minutos intentando sacarlo de ahí. Cuando ya estaba asumiendo que teníamos que abandonar aparecieron algunos aficionados que nos echaron una mano para poder continuar”.
Con la repetición por esas mismas especiales aún por delante, Marcos González y Eduardo González se limitaron a autoimponerse un ritmo constante y seguro con el que poder alcanzar la meta final. Llegaban cuartos clasificados de la provisional tras el Rally Ciutat de Cervera y la octava plaza que ocupaban en ese momento les iba a permitir seguir sumando puntos en su casillero.
Sus tiempos mejoraron en esa segunda pasada, aunque el tiempo perdido hacía imposible ganar alguna plaza dentro del Volant RACC. Al final certificaron esa octava posición que los mantiene en quinta plaza de la provisional con otras cinco pruebas por delante, la próxima el Rally de Osona –también sobre asfalto– el próximo 6 de julio.
“Si hablamos de experiencia todo vale y todo suma, pero esperaba algo más de este fin de semana. Hay rallies que salen mejor y otros peor, pero hemos acumulado kilómetros en mojado y eso nos servirá para un futuro. Si algo me ha enseñado esta carrera es que sí, sé pilotar, pero debo olvidarme de todo lo aprendido en karts y empezar prácticamente de cero. Lo mejor es que la gente del RACC nos está ayudando mucho y nos está aconsejando a la hora de mejorar”, afirma el piloto conejero.