Jaguar desvela el prototipo sobre el que se va a inspirar el primer coche eléctrico de la marca. La versión definitiva se presentará a finales de 2017 para empezar a comercializarse al año siguiente. El I-Pace presenta una apariencia única donde la electrificación ha jugado un papel crucial en su desarrollo estilístico sin perder ni un momento de vista los detalles de lujo y artesanía propios de la marca.
Al no contar con un motor convencional sus responsables han podido compactar sus dimensiones sin restar espacio en el interior favoreciendo el despliegue de una serie de soluciones que maximizan el confort de los ocupantes. Así nos encontramos ante la silueta de un SUV con hechuras de deportivo y la versatilidad que le confiere sus cinco plazas.
A bordo se recurre a un nuevo enfoque de 'cabina de mando' para realizar un amplio despliegue de conexión hombre máquina. La interfaz principal descansa sobre una pantalla táctil de 12 pulgadas que se integra a la perfección sobre la superficie del panel de instrumentos. Otra pantalla táctil secundaria de 5,5 pulgadas se combina con dos selectores rotatorios de aluminio que encierran en su interior dos pantallas circulares de alta definición.
El I-PACE Concept también incluye un cuadro de instrumentos virtual configurable de 12 pulgadas en alta definición y un HUD (Head Up Display) a color para garantizar que el conductor siempre tenga a su disposición la información que necesita.
El nuevo modelo dispone de motores eléctricos en los ejes delantero y trasero que juntos generan una potencia combinada de 400 CV y 700 Nm de par instantáneo. La tracción eléctrica a las cuatro ruedas permite hacer frente a cualquier superficie proporcionando un control excepcional de la distribución del par entre ambos ejes. Además y para sacar el máximo partido a las ventajas a la distribución de todo el sistema se han desarrollado tecnologías como All Surface Progress Control (ASPC) y Adaptive Surface Response (AdSR) que favorecen la tracción.
La batería está situada debajo del suelo, entre ambos ejes, bajando el centro de gravedad beneficiando el reparto de pesos y por tanto, la dinámica. La electrificación también permite aumentar el confort. Por ejemplo, si se selecciona un nivel alto de carga regenerativa durante la frenada en circunstancias de tráfico denso, es posible circular con un solo pedal sin tener que pisar el freno para detener el coche.
La autonomía supera los 500 km según el ciclo combinado europeo NEDC y los 354 km según el ciclo de la EPA estadounidense. La batería puede cargarse en las estaciones públicas, en un punto de recarga específico en casa o en un enchufe doméstico convencional. En cualquiera de ellos y siempre que se utilice un cargados de CC de 50 kW, se consigue una carga del 80% en 90 minutos y del 100% en algo más de dos horas.
La construcción del chasis con la suspensión delantera de doble triángulo y la trasera Integral Link permiten al mismo tiempo disfrutar de una experiencia de conducción desde la perspectiva del refinamiento atribuible a cualquier otro modelo de la marca.