Lo hemos visto de serie, en su versión ‘carreras cliente’ GT3 y ahora eléctrico. El Mercedes-Benz SLS AMG E-Cell es una prueba de que no siempre bajo el capó de un súper deportivo debe rugir un motor descomunal.
En esta época en la que ya nada es lo que parece, el SLS AMG E-Cell viene a desmontar unos cuantos convencionalismos más del los cientos que pululan en torno a los grandes deportivos biplaza de más de 500 CV. El primero: Nada de V10, V8 o V6… Lo que lo impulsa es un conjunto de motores eléctricos, uno por cada rueda, que en suma rinden 526 CV y aportan un par constante de –agárrense- ¡880 Nm! Se entiende que pueda alcanzar los 100 km/h en sólo cuatro segundos, sólo dos décimas peor que el desproporcionado V8 6.3 litros de su hermano de gasolina.
La alimentación de esos cuatro motores corre a cargo de una batería de 324 celdas de ión litio que quedan almacenadas en el túnel central y los asientos. Se aprovecha el espacio que queda libre gracias a la supresión del motor de combustión y el depósito de gasolina de 85 litros para ubicar la batería en una posición muy baja y centrada respetando el buen reparto de pesos del SLS AMG y, además, rebajando el centro de gravedad. Por si fuera poco, la apuesta por este sistema con motores independientes para cada rueda, la versión libre de emisiones del SLS cuenta con tracción total.
Otro convencionalismo que cae con el E-Cell es que no hace falta echar literalmente abajo el diseño de un coche para hacer posible su metamorfosis eléctrica. El bastidor, fabricado en aluminio, es básicamente el mismo. Sólo se ha sustituido el esquema de amortiguación del tren delantero debido a la colocación junto a la rueda de los dos motores anteriores. Y por supuesto, se mantiene su particular sistema de apertura de las puertas, razón por la cual al SLS lo apodan alas de gaviota.
Eléctrico y fluorescente
Siguiendo con su diseño, el prototipo que se vio por primera vez en el Salón de Frankfurt de 2009 y que recientemente superó otra de las sucesivas fases que lo llevarán a comercializarlo en un limitado número de unidades en 2012, sigue distinguiéndose a simple vista por su color fluorescente ‘AMG lumilectric magno’. Hay más aspectos inherentes a este modelo como los faros con tecnología de diodos LED o las nuevas entradas de aire que se han abierto en capó y laterales para poder atender a una de las principales demandas de este tipo de tecnologías: su correcta y justa refrigeración. Hay detalles en negro mate y también es exclusiva de esta versión la nueva rejilla del frontal.
El interior también pone la lupa en los detalles. Como en el tapizado de los asientos, en cuero napa de color blanco y negro, la instrumentación específica y adaptada a las particularidades de un conjunto motriz como el que monta y la pantalla táctil de diez pulgadas que permite vigilar el nivel de carga de las baterías y controlar tanto el sistema de audio como el climatizador.
Otro mito que cae es el de los consumos desorbitados. El Mercedes-Benz SLS AMG E-Cell se alimenta de energía eléctrica y ésta le puede llegar bien directamente de la red o regenerándola en las fases de retención y frenado. El conductor puede incrementar la capacidad de regeneración empleando las levas del volante. Este modelo no dispone de caja de cambios, así que estas pequeñas palancas permiten subir o bajar el nivel de retención al frenar, un detalle que repercute en su capacidad para generar esa corriente que luego emplearán los cuatro motores.
Nuevas cuestiones
Mercedes-Benz no es el primer fabricante que va a hacer realidad un coche completamente eléctrico, pero sí quiere ser el más rápido a la hora de lanzar el primer súper deportivo libre de emisiones. Se habla de 2013 para su lanzamiento con un precio de alrededor de 250.000 euros para una cantidad muy limitada de unidades. Aunque de aquí hasta esa fecha alguna otra marca se le pueda colar en la fila, hoy por hoy no hay ningún prototipo de estas características que lo pueda igualar en cifras de potencia y par, si bien la viabilidad de este tipo de vehículos se basa en su autonomía.
Muy posiblemente de aquí y hasta la fecha de esa posible puesta en venta, los ingenieros de AMG investigarán en motores más eficientes y baterías capaces de recargarse más rápidamente, uno de los caballos de batallas de los fabricantes en esta nueva era de la automoción. Hay otros interrogantes abiertos, algunos que pueden parecer superficiales pero que en el caso de un deportivo de altas prestaciones no lo son. ¿Qué ruido hará un coche eléctrico de más de 500 CV? ¿Se pondrán unos altavoces simulando el sonido de un V8? ¿Un simple pitido?. Nuevas cuestiones para estos nuevos tiempos.