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¿Puede la crisis espolear la venta de motos?

  • La movilidad personal e individual reducirá el riesgo de contagio

A estas alturas, pocos dudan ya de que la crisis del coronavirus va a cambiar muchas de nuestras costumbres. Una de ellas puede ser la movilidad. En un momento en el que los planes de movilidad urbana sostenible abogaban por un uso más intensivo del transporte público, cualquier masificación se entiende como una fuente de riesgo y, ante esta tesitura y con el problema latente (hasta que el confinamiento termine) del exceso de tráfico y un número de aparcamientos a la baja, la moto se puede ver como una alternativa sencilla, ágil y económica.

Así lo entiende el portal especializado Canariasenmoto.com, que se basa en un estudio que señala que el 77% de los conductores chinos buscan alternativas de movilidad individual tras haber superado la fase crítica del brote infeccioso. La consultora Ipsos señala que el 66% de los ciudadanos de este país que aún no disponen de un vehículo propio han mostrado su interés en hacerse con uno. La razón que alega un 77% de esos encuestados es que la movilidad personal e individual reducirá el riesgo de contagio en caso de posibles rebrotes de la infección.

Además de la ventaja de ser un vehículo de disfrute principalmente individual, de su economía de consumo, los bajos costes de mantenimiento, los reducidos índices de emisiones y la facilidad para aparcar, su uso requiere de un equipamiento de seguridad (casco, guantes y, preferiblemente, chaquetas homologadas) que pueden incrementar la sensación de protección.

Tampoco hay que menospreciar el componente emocional. Aún hoy, jóvenes y mayores conciben la moto como un vehículo para escapar de la monotonía y una vez se abra la veda para poder circular, sin duda, la moto puede ser el mejor antídoto contra las ‘secuelas’ que habrán dejado estas semanas de encierro.

De momento es sólo una hipótesis. La realidad del mercado y los efectos que la crisis económica derivada de la sanitaria pueden pesar más que cualquier otro factor, pero si se aceleran las matriculaciones una vez se levanten las medidas de confinamiento, esto podría suponer un revulsivo para un sector que suele ser muy sensible a los vaivenes económicos y que puede sufrir muy intensamente las consecuencias de este mes largo sin actividad. El pasado mes de marzo las matriculaciones de los ciclomotores se desplomaron un 44,39%, mientras el de las motos cayeron un 39,3%.

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