Audi da a conocer al cuarto integrande de la serie sphere. Este exclusivo muestrario de prototipos servirá de inspiración para la construcción de la futura familia de modelos eléctricos del fabricante alemán. El último en incorporarse a esta lista es el Audi activesphere, un crossover coupé de 4,98 metros de longitud, con aptitudes para el todoterreno, equipado con tecnología de conducción autónoma y soluciones revolucionarias que exploran su faceta práctica e interactiva.
La anchura y la altura es de 2,07 metros y 1,60 metros, respectivamente, mientras la distancia entre ejes es de 2,97 metros dando prioridad a la relevancia que adquiere en este tipo de conceptos el espacio disponible en el interior. Las llantas de 22 pulgadas cuentan con segmentos móviles que se abren ligeramente cuando se utilizan fuera de carretera para optimizar la ventilación. En esta misma línea de expresión off road, los neumáticos son de tipo todoterreno, cuenta con suspensión neumática que varía la altura libre al suelo básica -208 mm- hasta en 40 mm, además de protecciones metálicas específicas para la carrocería. El ángulo de aproximación, una cota relevante para la conducción todoterreno, es de 18,9 grados, y el ángulo de salida de 28,1 grados.
Al igual que en el Audi grandsphere concept, la carrocería prescinde de pilar B para integrar cuatro puertas que se abren en direcciones opuestas, permitiendo desplegar todo el espacio interior a los pasajeros. Más curiosidades, la firma luminosa de los estilizados grupos ópticos delanteros varía en función del modo de conducción seleccionado mientras los faros traseros utilizan tecnología micro-LED ultrafina que acentúan su estilizada silueta a la que ahora denominan “active Sportback”. Y es que si hay un aspecto característico realmente llamativo del nuevo prototipo es la capacidad para transfigurar la sección trasera en una especie pick up (active back), en la que su silueta convencional da paso a una práctica plataforma de carga abierta ideal para transportar material deportivo.
En cualquier caso, el Audi activesphere, fiel al concepto que lo define, es un vehículo construido desde el interior hacia el exterior. Son por tanto la experiencia, las necesidades y los deseos de los ocupantes los que dan forma al espacio, y a partir de éste, se postulan sus proporciones y el diseño. La ambientación interior pretende ser lo más diáfana y funcional posible, ello simplifica la operatividad en caso de circular en modo de conducción autónoma, momento en el que el salpicadero, el volante y los pedales desaparecen.
El propio salpicadero funciona como una gran barra de sonido y, al mismo tiempo, integra los aireadores del sistema de climatización en toda su anchura, tanto en posición desplegada como recogida. La consola central ocupa toda la longitud del habitáculo y ofrece espacio para guardar objetos e incluso contar con un bar a bordo, refrigerado o calefactado. La cubierta superior es transparente. Una segunda consola se sitúa en el techo, justo encima de la consola central y permite guardar al alcance de todos los pasajeros los cuatro auriculares AR para el sistema de realidad mixta del Audi Dimension.
Esta es una de las características que mejor definen el concept sphere, la capacidad de ofrecer un innovador ecosistema de interacción en el que se combinan contenidos virtuales y referencias espaciales del mundo real en tres dimensiones. Esta tecnología hace que los centros operativos y de control solo aparezcan cuando el usuario los necesita.
El activesphere está basado en la plataforma premium eléctrica PPE desarrollada a la limón entre los responsables de Audi y Porsche conjuntamente. El elemento clave de este avanzado sistema modular es un conjunto de baterías situado entre los ejes con una capacidad de 100 kWh.
Los motores eléctricos, situados uno en cada eje, ofrecen una potencia combinada de 325 kW y un par motor de 720 Nm. Cuenta con tecnología de carga de 800 voltios, y las baterías pueden recargarse con hasta 270 kW permitiendo tiempos de carga que empiezan a aproximarse a los de una parada de repostaje convencional. En concreto, y con el cargador adecuado, diez minutos bastarían para recuperar la energía necesaria para recorrer más de 300 kilómetros. En menos de 25 minutos, la batería de 100 kWh se carga del 5 al 80%. La distancia que se puede recorrer con una sola carga supera los 600 kilómetros.