No importa que Volkswagen Motorsport haya dejado aparcado el Dakar y que no haya equipos en principio interesantes para volver a competir en el raid más duro del mundo. Carlos Sainz y Nasser Al-Attiyah, antiguos compañeros y rivales en la estructura que entonces dirigía Kris Nissen, han unido sus fuerzas para crear de la nada un equipo patrocinado por Qatar y Red Bull.
Al-Attiyah es el impulsor de esta formación y, especialmente, del vehículo con el que van a competir: un buggy dos ruedas motrices con motor V8 preparado por los estadounidenses Jeffries Racing y que el bicampeón del mundo de rallys probó hace poco en Estados Unidos antes de convencerse del todo. “Estoy muy contento con este nuevo proyecto y de mí regreso al Dakar. Estuvimos realizando unos días de test y mi primera impresión es que es un coche impresionante”, ha dicho Sainz.
Respecto a esta joint venture entre los ganadores del Dakar de los años 2010 y 2011 seguro que hará correr ríos de tinta, sobre todo en nuestro país donde Al-Attiyah se convirtió en el enemigo público número uno después de algunas maniobras que le llevaron a vencer hace dos ediciones. El enorme desengaño que se llevó con el Hummer de Bobby Gordon el pasado año hizo que el príncipe catarí decidiera montar un equipo por su cuenta con un coche supervisado por él.
En ese camino se cruzó con Sainz, que después de invertir una temporada completa ayudando a Volkswagen Motorsport en el desarrollo del Polo R WRC, decidió volver al desierto americano pero sin saber exactamente cómo ni con quién correr. Los intereses de uno y otro encajaron a la perfección e incluso no ha habido problema en que se intercambien los copilotos. Así, Nasser repetirá igual que esta pasada edición con Lucas Cruz –que ganó el Dakar en 2010 al lado de Sainz– y Carlos tendrá como navegante al alemán Timo Gottschalk, campeón en 2011 con Al-Attiyah pero que también ha estado junto al madrileño en el programa de test con el Polo R WRC.
"No hay nada como la preparación de un coche completamente nuevo para un Rally Dakar. Lo que me ha convencido del potencial de este proyecto, en general, y del buggy, en particular, es su comportamiento en las zonas rotas y pedregosas en las que hemos entrenado. Todavía debemos hacer más, porque el Dakar no solo se disputa sobre suelo roto con baches, sino que es mucho más desafiante y complicado que eso. Para esta carrera se necesita un coche que vaya bien tanto en dunas como en pistas. Todo el equipo tiene grandes esperanzas”, afirma el español.
Sobre sus opciones, cree que aún “es pronto” para saber cuál puede ser su lugar en esta edición del raid que arrancará en Lima el 5 de enero. Sí sabe en cambio que aún tienen que encontrar “la puesta a punto perfecta” y que queda mucho trabajo antes de afrontar esa primera etapa entre la capital peruana y Pisco.