Por fortuna, todo ha ido de carril. Según el guión. Como no podía ser de otro modo, Carlos Sainz y Lucas Cruz, líderes en solitario durante la última semana de carrera, se han alzado sin problemas, en la meta de Córdoba, con el triunfo del Dakar. El segundo que logra el dueto español después de aquel que cosecharon en 2010, cuando militaban en el equipo Volkswagen, convirtiéndose en los primeros hombres de nuestro país capaces de ganar la categoría de coches.
Los integrantes del Peugeot nº303 han brindado a la marca del león su tercer triunfo consecutivo en su regreso por cuatro temporadas al Dakar. Un proyecto que culmina hoy con la victoria del Matador en la edición más selectiva y extenuante de cuantas ha disputado durante los últimos años, en Sudamérica, el revolucionario buggy de la marca de Sochaux que el madrileño comenzó a poner a tono a partir de 2015.
Por desgracia para ellos, el accidente que protagonizó ayer el hombre que les reportó la victoria en las dos pasadas ediciones, Stéphane Peterhansel -a la postre, cuarto-, ha privado a los franceses de decir au revoir a su carrera fetiche como hubiesen querido: copando los dos primeros peldaños del cajón.
Finalmente, han sido las Toyota Hilux V8 de Nasser Al-Attiyah y Giniel de Villiers -vencedor de la última etapa- quienes han completado las plazas de honor de este apasionante Dakar. Sin duda, el más vibrante y auténtico de la última década.