Stellantis y CATL, líder mundial en tecnologías de baterías, han anunciado una inversión conjunta de 4.100 millones de euros para construir una planta de baterías de litio hierro fosfato (LFP) en Zaragoza.
La planta, que se ubicará en las instalaciones de Stellantis en Zaragoza, comenzará su producción a finales de 2026 y tendrá una capacidad de hasta 50 GWh, dependiendo de la evolución del mercado eléctrico y el apoyo de las autoridades españolas y europeas. Este centro será un pilar en la oferta de LFP de Stellantis, con el objetivo de abastecer vehículos eléctricos asequibles, duraderos y de alta calidad en los segmentos B y C.
John Elkann, presidente de Stellantis, destacó la relevancia de este proyecto para la descarbonización del sector automovilístico: “Esta importante joint venture con nuestro partner CATL llevará la producción innovadora de baterías a un centro de producción que ya es líder en energía limpia y renovable, contribuyendo a impulsar un enfoque sostenible de 360 grados. Quiero agradecer a todos los stakeholders que han participado en hacer realidad el anuncio de hoy, incluidas las autoridades españolas por su apoyo continuo”.
Por su parte, Robin Zeng, presidente y CEO de CATL, subrayó el valor estratégico de esta colaboración: “El objetivo de CATL es hacer accesible la tecnología de carbono cero en todo el mundo, y esperamos cooperar con nuestros socios a nivel mundial a través de modelos de cooperación más innovadores”.
La planta se alineará con la estrategia de Stellantis de alcanzar emisiones netas cero para 2038, empleando tecnologías avanzadas como la doble química (NMC y LFP). Esta combinación permite cubrir las necesidades de diversos segmentos de clientes, desde gamas económicas hasta vehículos más sofisticados.
CATL, que ya opera fábricas en Alemania y Hungría, refuerza con esta planta su presencia en Europa, subrayando aún más su compromiso con el avance de la movilidad eléctrica y los esfuerzos de transición energética en Europa y en el mercado mundial.
Este ambicioso posiciona a España como un eje clave en la cadena de suministro de vehículos eléctricos en Europa. Además, representa una oportunidad significativa para generar empleo, atraer inversión tecnológica y reforzar la independencia energética del continente.