Los tres R15 TDI cruzaron la meta en cabeza, dándole a Audi su cuarto triplete, después de los logrados en las temporadas de 2000, 2002 y 2004. Timo Bernhard/Romain Dumas/Mike Rockenfeller se adjudicaron el triunfo, por delante de Marcel Fässler/André Loterer/Benoît Treluyer y de Dindo Capello/Tom Kristensen/Allan McNish. La novena victoria de Audi en las legendarias 24 Horas de Le Mans sirve para que la marca iguale el número de triunfos de Ferrari en el palmarés de la prueba. Sólo Porsche tiene ahora mismo más triunfos en su haber.
Los tres Audi R15 TDI del Audi Sport Team Joest rodaron sin el más mínimo problema técnico a lo largo de toda la carrera, ocupando los tres primeros puestos al término de la edición más rápida de la historia de las 24 Horas de Le Mans. Se trata de la cuarta vez que Audi consigue un triplete en Le Mans, después de los logrados en 2000, 2002 y 2004.
La novena victoria en la trayectoria de la marca en Le Mans también pudo hacerse realidad gracias a una tecnología que Audi lleva desarrando para la competición a lo largo de los tres últimos años en el más estricto secreto: el motor V10 TDI del Audi R15 TDI, con una potencia aproximada de 600 CV está equipado con turbos de geometría variable (VTG).
Los turbos VTG forman parte del equipamiento estándar de los motores Audi TDI de producción en serie. Su uso en Le Mans ayuda a que los ingenieros continúen desarrollado esa tecnología, para aplicarla a los motores turbo de menor cilindrada del futuro. En la edición de 2010 de las 24 Horas de Le Mans la exigencia a los motores diesel ha sido particularmente alta, debido a las limitaciones impuestas por el reglamento.
El Audi R15 ganador del alemán Timo Bernhard, el francés Romain Dumas y el alemán Mike Rockenfeller completó un total de 397 vueltas en las 24 horas de carrera. Ello significó completar una distancia de 5.410 kilómetros, cota que ha permitido al trío vencedor batir el récord que estaba vigente desde 1971 y que habían logrado Helmut Marko y Gijs van Lennep con un Porsche 917, hasta ahora considerado imbatible, ya que en aquella época la recta de Hunaudières no tenía chicanes. Ello no deja de ser otra demostración del increíble rendimiento de la tecnología Audi TDI.