Iván Armas y el Porsche 997 GT3 se anotaron el triunfo en una edición de la Subida a Arucas que será recordada como la más accidentada en sus dieciocho años de historia. La habitual agilidad con la que discurre una prueba que no llega a los cuatro kilómetros de recorrido (3,900 km) se ha visto truncada en sus distintas fases por varios incidentes, todos ellos sin consecuencias personales ni para participantes ni público. Los continuos retrasos, sin embargo, han obligado a la organización a neutralizar la última manga al superar el límite horario previsto para el cierre de carretera.
Una pena porque la cita prometía. El más que previsible duelo entre Armas y Miguel Cabral, ganador aquí en tres ocasiones, espoleados por José Mari Ponce y el Seat 600 JTR, y el juego que podrían aportar los Mitsubishi de Ayoze Benítez, Víctor Mendoza y Juan Luis Santana, y los BMW de Miguel Ángel Quintino y Anyelo Padrón, entre muchos otros, se fue diluyendo entre parones dejando en algún caso alguna que otra secuela en el asfalto. El ritmo ya no era el mismo, surgían las dudas hasta que el incendio del Renault Mégane de Aythami Afonso puso la puntilla a tanto desconcierto.
Horas antes, la prueba se había iniciado envuelta en esa aureola especial que siempre destila la Subida a Arucas y no precisamente por su cercanía a la fábrica del Ron Arehucas. Un escenario que sirve igual para jugarte un campeonato que para una celebración. Un ejemplo fue el homenaje de Julián Falcón a su mujer y a uno de los hombres de confianza permitiéndoles sentarse a la derecha en distintas fases de la carrera, no fue el único caso. Javier Morales también hacía efectiva una promoción en redes sociales cuya ganadora, Fedra Jorge, también ejerció de acompañante durante la prueba.
En otro plano y como es costumbre aquí, la manga de entrenamientos ofrece muy pocas referencias. Más bien se convierte en un homenaje a la afición viendo como los principales espadas brindan su destreza al volante a la agradecida concurrencia. Todos menos Miguel Cabral al que una rotura de palier le impidió completar esta primera toma de contacto. El más rápido fue José Mari Ponce que prefirió ponerse el mono de trabajo y aprovechar la oportunidad para seguir trabajando en el proceso de ajuste por el que atraviesa su nueva montura.
Prueba de ello es que durante la primera manga oficial mejoró tan solo un segundo y algunas décimas dejando el crono final en 2:05.260. En ese mismo instante, Iván Armas era cuatro segundos y tres décimas mejor mientras Cabral se quedaba a dos segundos del 2:00.863 de Iván. Con este panorama la cosa prometía pero la dichosa neutralización echó por tierra el enfrentamiento final dejando un sabor bastante agridulce en el ánimo de todos.
Más disputado estuvo el duelo a tres bandas por el cuarto puesto. Miguel Ángel Quintino, Juan Luis Santana y Ayoze Benítez, por este orden, preparaban su asalto afinando aquí y allá y confiando en dar la estocada final en el último sprint. Lo que no esperaban es que la carrera fuera a tener en un desenlace tan prematuro. Quintino, además de su clasificación se llevaba el trofeo como vencedor del trofeo BMW Power. Benítez, por su parte, era descalificado por no presentarse en el preceptivo parque cerrado final. La diferencia entre los tres apenas fue de medio segundo.
La auto descalificación de Ayoze permitió a Anyelo Padrón ganar un puesto en la clasificación dejando al desconsolado Aythami Afonso y José Martín a su espalda. Estos dos últimos acudían a Arucas como preparación para el Rally Comarca Norte de la próxima semana, algo que en el caso de Aythami será imposible al quedar inservible su motor. Sergio Vega que había terminado noveno también fue descalificado por la misma razón que Benítez.
Su puesto lo heredó Miguel Martín (BMW 325i) así como la segunda posición en el Trofeo BMW Power. A continuación concluyó Cristian Batista (Renault Mégane Coupé), primer clasificado del Trofeo BP de promoción.
En barquetas venció José Ricardo Rodríguez con un crono de 2:11.095. Su único rival, René Santana, terminó a un segundo y 671 milésimas de su oponente.