La firma bávara ya ha puesto fecha para el lanzamiento del último integrante de la saga X. Será en marzo de 2018 y pesar de que comparte plataforma con el hasta ahora benjamín de la familia -el X1- muchos son los aspectos que lo diferencian de éste empezando porque presenta una menor longitud y además cuenta con siete centímetros menos de altura.
Su silueta muestra además ese atractivo corte cupé tan propio de los modelos X acompañados de número par aunque en esta ocasión la línea de caída del techo es menos exagerada apartándose ligeramente del estilo de sus hermanos mayores. Su marcada personalidad también se pone de relieve al utilizar por primera vez en la historia de la compañía una parrilla trapezoidal más ancha por la parte inferior. El acabado único del parachoques delantero, los pasos de rueda de trazo cuadrado o el acierto en el diseño de las estriberas indagan en un estilo en el que cliente tiene la última palabra pudiendo escoger entre los acabados M Sport y M Sport X para ahondar en su carácter individual.
Como equipamiento de serie en ambas variantes, el interior presenta una atractiva combinación de tela y alcántara con costuras en contraste para el cuadro de instrumentos y la consola central. Ambos elementos apuntan visualmente a una experiencia digital única a través de la plataforma BMW Connected y los servicios asociados - ConnectedDrive- disponibles como opción. Un catálogo de elección al que también pertenece el Head-Up Display en color.
La gama de motores estará compuesta inicialmente por dos versiones, el BMW X2 sDrive20i de 192 CV con transmisión Steptronic de siete velocidades y el motor diésel BMW X2 xDrive20d de 190 CV, en esta ocasión con tracción inteligente a las cuatro ruedas y cambio Steptronic de ocho velocidades.
Posteriormente se añadirán el BMW X2 sDrive18i de tres cilindros y los BMW X2 sDrive18d y X2 xDrive18d de cuatro cilindros. La potencia del modelo con motor de gasolina es de 140 CV. Las versiones con motor diésel entregan 150 CV.
El nuevo BMW X2 nada tiene que envidiar a sus congéneres en términos de comportamiento. Soluciones como el sistema de selección de modos de conducción Driving Experience Control permite una combinación perfecta entre deportividad y rendimiento. A su vez el acabado M Sport y el Acabado M Sport X llevan de serie suspensión deportiva M con tarado más firme y altura de marcha más baja. Esta característica está disponible como opción en el BMW X2 de serie. El Control dinámico de la suspensión (con altura de marcha rebajada 10 mm) permite una adaptación aún mayor a las preferencias individuales o necesidades concretas.
El BMW X2 ofrece también a los clientes tecnologías innovadoras con los sistemas de asistencia al conductor adaptados a las exigencias de la conducción diaria. Por ejemplo, el asistente de retenciones ayuda al conductor en el tráfico con paradas intermitentes en autopistas congestionadas.
La función forma parte del sistema Driving Assistant Plus (opcional), que consta de una serie de sistemas de asistencia al conductor basados en cámaras. El Asistente de aparcamiento (opcional) está diseñado también para facilitar la vida del conductor: identifica automáticamente las plazas de aparcamiento adecuadas y, si se desea, asume las maniobras para introducir el vehículo en el espacio de estacionamiento en paralelo a la calzada.