Fue el muscle car que conquistó los corazones y la imaginación de personas de todo el mundo, proporcionando material para posters, camisetas y canciones durante cuatro décadas. Ahora ha vuelto, mejor y más icónico que nunca, y está preparado para reclamar su puesto de honor en las carreteras europeas… y en las paredes de los dormitorios.
Los datos básicos del Camaro son tan espectaculares como su diseño, herencia de su pasado glorioso. La transmisión manual se acopla con un espléndido motor V8 de 432 CV y 6.2 litros que produce 569 Nm de par motor a 4.600 rpm, lo que se traduce en una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos, en el caso del coupe, y de 5,4 segundos en el del convertible. La transmisión automática, por su parte, va acoplada a un motor V8 de 405 CV y 6.2 L que genera 556 Nm a 4.300 rpm. El coupe automático alcanza los 100 km/h en 5,4 segundos, 0,2 segundos menos que el convertible. La velocidad punta es también espectacular: 250 km/h. Su rugido sordo de baja frecuencia, dicen, es inconfundible.
Y aunque, admitámoslo, el ahorro de combustible no suele destacar en la lista de prioridades del propietario de un Camaro, el sistema Active Fuel Management del motor L99 cierra automáticamente cuatro de los ocho cilindros cuando se conduce en condiciones de poca exigencia, lo que permite disminuir el consumo de gasolina y redunda en un ahorro de hasta un 7,5 por ciento. De esta forma los Camaro de transmisión manual anuncian un consumo medio de 14,1 L/100 km, mientras las automáticas reducen en un litro más esa cifra.
El gen europeo
La versión para el mercado europeo es similar en esencia al modelo 2SS, el más alto de gama comercializado en Norteamérica. Pero para ganarse el corazón del cliente de este lado del Atlántico, incorpora unas nuevas suspensiones y otros detalles espectíficos que pasaron la prueba del algodón: el viejo circuito de Nürburgring. Allí se mejoró la geometría de la suspensión para poder lograr un mejor agarre en curva, un equilibrio más neutral en los giros bruscos y reducir al mínimo el subviraje.
Curiosamente, este sistema de suspensión, caracterizado por una mayor rigidez y una mayor estabilidad lateral que mejoran notablemente las prestaciones y la maniobrabilidad a alta velocidad, se ha hecho tan popular que en Estados Unidos se ofrecerá como opción en las versiones actualizadas del nuevo modelo. El paquete de suspensión FE4 cuenta con amortiguadores trasero y delantero perfeccionados y con nuevas y robustas barras estabilizadoras delantera (23 mm) y trasera (24 mm).
Las llantas de 20 pulgadas montadas sobre neumáticos Pirelli PZero garantizan una adecuada transmisión de la potencia, mientras que los frenos de disco antibloqueo Brembo de cuatro pistones combinados con el sistema StabiliTrak y el control de tracción aseguran una frenada eficaz y rapidez al tomar las curvas. Desde un punto de vista puramente estético, las ruedas sobresalen para que queden virtualmente alineadas con las superficies de la carrocería y así obtener una apariencia firme y ágil.
Impactante
Si se busca el anonimato y pasar desapercibido entre la multitud, posiblemente comprar un Camaro no sea la mejor idea. Y es que en su llamativo diseño reside buena parte de su encanto. El frontal en forma de V está flanqueado por faros delanteros de descarga de alta intensidad con brillantes anillos encastrados iluminados por luces diurnas LED Xenon, que imitan un par de ojos de mirada intensa. La pajarita dorada de Chevrolet adorna, orgullosa, la parte delantera del vehículo y hace que dirijamos la mirada hacia el capó con su abultado power dome, que le confiere una dinámica sensación de movimiento aún cuando está parado.
La parte trasera es exclusiva de esta versión europea y en ella se busca cierta simetría con el frontal en los pilotos gemelos. Y como remate, un tubo de escape con grandes salidas cromadas de forma redondeada, similares a las empleadas en el Corvette Z06.
Diseño interior
Llevando más allá el espíritu y el sentimiento de los Camaros del pasado, el interior conjuga la sencillez y el refinamiento con detalles modernos en los controles, los interruptores, el panel de instrumentos y la luz ambiente. Hay cierta preocupación por el confort acústico de nuestros invitados, pero a la vez se propicia que ciertas dosis del característico rumor del V8 se dejen sentir en cabina. 
El diseño integrado de la columna central combina los controles fácilmente accesibles del sistema de sonido y el climatizador, que conforman una sola pieza de electrónica moderna con diales de tamaño mayor de lo normal – adornados con cromados. La iluminación ambiental azul hielo, propia de Chevrolet, traspasa las puertas del vehículo. Ese mismo tono azulado resalta el velocímetro en la parte izquierda y el cuentarrevoluciones en la derecha, así como el resto de información que se despliega entre ambos. También existe la opción de iluminación ambiental naranja en la versión ‘Inferno Orange’.
El conjunto de cuatro indicadores del panel de instrumentos situado delante de la palanca de cambios evoca el legendario Camaro de 1969, pero incluyendo una moderna retroiluminación por LED. Comprende indicadores de la temperatura y la presión del aceite, de la transmisión, de la temperatura de los fluidos y del voltaje de la batería. Los asientos tienen un contorno deportivo y hombros acanalados adaptables que acentúan las costuras.
El precio todavía no es definitivo, pero la marca habla de en torno a 38.900 euros para el cupé y 43.900 euros para el descapotable. Eso sí, tanto el Camaro Transformers Special Edition y el paquete 45 Anniversary costarán unos 2.000 euros más cada uno.
