Llega el calor, los sofocones, los agobios y de repente, como una ventana abierta al mar, una bocanada de aire fresco y todo cambia. En esta sensación de frescura, de satisfacción ante tan sobrecogedor estímulo, debieron pensar los creadores del nuevo Renault Wind en el momento de desarrollar un vehículo que inspira, sobre todo, vitalidad.
Con el lanzamiento del Wind, Renault ha conseguido mantenerse fiel a su estrategia. Separarse de los estándares y ofrecer un vehículo sin mayores pretensiones que ser lo que es, un coupé-cabrio sin artimañas, para dos personas e ideal para conquistar la urbe y digno acompañante para pequeñas escapadas. Una oferta que muestra nuevas posibilidades gracias a su original sistema de techo eléctrico cuya apertura no penaliza el espacio de carga.
El interior presume de deportividad. Toda la experiencia de Renault a la hora de desarrollar su oferta más ‘intransigente’, se refleja en un habitáculo tipo cockpit con asientos diseño baquet y sencilla instrumentación con clara orientación hacia el ‘piloto’. Detalles como los pedales en aluminio o el volante deportivo, todo aderezado con incrustaciones en cromo sobre un panelado en símil carbono oscuro, crean una atmósfera muy personal y exclusiva.
Una puerta al cielo
Lejos de soluciones más o menos idóneas y sin perder de vista sus posibilidades, limitadas por sus propias dimensiones (3,83 x 1,68 x 1,38 m), Renault ha resuelto con eficacia el debate referido al techo. El espacio se convierte en estos casos en una cuestión de primer orden. Llegados a la cuestión del cómo (cómo abrirlo, cómo plegarlo, cómo colocarlo…) la solución fue tan fácil como ingeniosa, mantener una única estructura que pivotara sobre un eje y se alojara bajo la tapa trasera, manteniendo inalterable el volumen de carga del maletero (270 litros).
Su accionamiento es sencillo, desbloqueado los ajustes mediante el giro de una empuñadura situada en el techo y con el freno de mano activado, un botón eléctrico realiza la secuencia completa de apertura y cierre en tan solo 12 segundos, todo un récord en su categoría.
Dos motorizaciones gasolina
Teniendo en cuenta que ha sido desarrollado por los ingenieros de Renault Sport Technologies, cualquier solución mecánica aplicada al nuevo Wind cobraría especial protagonismo. Y en este sentido no han decepcionado. Sus dos motorizaciones sorprenden tanto por su elección como por el acierto al aplicarlas. El primero en la escala se refiere al motor TCe turbo de 1.1 litros y 100 CV. Su respuesta y eficiencia van de la mano con un consumo mixto de 6,3 litros y una aceleración sorprendente.
El segundo busca adentrarnos en un universo de pequeñas pero intensas sensaciones. Propulsor 1,6 16V con una potencia de 133 CV que puede llegar a alcanzar una velocidad máxima por encima de los 200 Km/h.
En seguridad la estructura de la carrocería se ha reforzado con barras y tubos de acero, estos últimos visibles desde el maletero. Las puertas provistas por unas bandas de nueva factura protegen el interior mientras un arco de seguridad fijo, donde se incluye la luneta trasera, permite proteger a sus ocupantes en caso de vuelco. ABS, control electrónico de estabilidad con función de control de subviraje entre otros elementos completan el cuadro de soluciones de seguirdad que permitirán disfrutar del Renault Wind, una vez se inicie la comercialización en nuestro mercado prevista para el mes de septiembre.