Enrique Cruz se enfrenta a un auténtico dilema. El campeón regional de la categoría R2 encara con enorme entereza la disyuntiva que le propone una prueba de la categoría del Islas Canarias con todos sus ingredientes. Su duelo con Raúl Quesada y lo que ello representa sigue siendo su objetivo principal sin embargo el escenario es bien distinto. Se trata de un auténtico coliseo donde, de nuevo, le han crecido los enanos. Si el año pasado fue Yeray Lemes quien dio la auténtica medida de la talla competitiva de estas monturas, este año no lo va a tener más fácil. Misma mecánica con distinto protagonista en la persona de Enrique García Ojeda que viene pletórico de moral después de vencer en la primera prueba del Nacional con su nuevo Ford Fiesta. A partir de ahí la relación se amplía con un total de cinco participantes, todos ellos bajo el auspicio de la Challenge Twingo R2 y ajenos, al menos a priori, a estas batallas. Rubén Gracia, un viejo conocido en estos lares, encabeza un reparto en el que no faltará Miguel Arias dispuesto a desquitarse del mal trago que supuso su retirada en el Vila Joiosa cuando tan solo le restaban unos kilómetros para conseguir su primer triunfo en este certamen.
Es en este punto donde surge el mencionado dilema. Fernando Capdevila lo define perfectamente. “El mayor problema es que yo también fui piloto; ¿cómo le voy a impedir a Enrique que demuestre lo que vale frente los mejores rivales posibles y ante la mirada de todo el mundo?” ‘El Jefe’, según sus propias declaraciones, se debatía entre la conveniencia o no en referencia a la participación de su pupilo aludiendo dificultades presupuestarias pero estamos seguros de que en su foro interno no albergaba ninguna duda. “Enrique y David se merecen estar en el Islas Canarias. Otra cosa es que analizándolo fríamente, la cabeza me dice que no debería ir, pero el corazón ha podido más”.
De lo que no cabe duda es que para el joven tinerfeño se presenta una nueva oportunidad de demostrar de que madera está hecho como ya ocurriera en el Rally de Ferrol pero en esta ocasión con la basa a su favor de haber superado ya su etapa de adaptación. En este sentido, Cruz se expresa con toda la honestidad que le caracteriza, sin esconder sus preferencias: “Ilusión y responsabilidad al 50% son los parámetros que me marcarán la carrera. Por un lado estoy muy satisfecho y agradecido al equipo y al Cabildo de Tenerife que me han echado una mano para poder estar en este importante rally. Quiero dar lo mejor de mí frente a rivales de talla nacional. Intentaré luchar por la victoria porque tenemos los medios necesarios para ello pero también y por encima de eso, está el cumplimiento de nuestro objetivo que no es otro que el regional R2, y no puedo ponerlo en peligro por luchar con pilotos que no estarán en esa batalla el resto del año.”