Sébastien Loeb (Citroën DS3 WRC) quiere hacer del tropiezo de 2011 una anécdota. Si el pasado año un pinchazo le costó el triunfo en el Rally de Alemania, en éste ha intentado dejar todo atado y bien atado desde la primera etapa. Aunque el francés no dominó en la segunda sección del viernes como en la inaugural –cuando marcó todos los scratch– cerró la jornada con 20,4’’ respecto a Petter Solberg.
Afortunadamente para todos la tormenta que cayó en la madrugada no fue a mayores y la elección de neumáticos fue similar entre los favoritos con pequeños matices. Jari-Matti Latvala, por ejemplo, calzó su Ford Fiesta RS WRC oficial con blandos en esa primera sección de tres tramos y perdió el tren de cabeza, aunque logró acercarse a sólo nueve segundos de su compañero en el Ford WRT gracias a dos scratch.
Solberg tuvo un buen arranque de rally y mantuvo el tipo a lo largo del día, aunque sin hacerse con el mejor crono en ninguna de las especiales. Por detrás del dúo de oficiales de Ford la gran sorpresa fue Thierry Neuville. El belga ha superado con sus luces y sus sombras la retahíla de rallys sobre tierra y en el primero netamente de asfalto de la temporada está dando razón a quien quiso ficharlo para el equipo Junior de Citroën.
Espoleado quizá por su intención de dedicarle un buen resultado a su mentor Phillip Bugalski –recientemente fallecido a causa de un accidente doméstico– acabó la jornada a sólo 5,1’’ de Latvala y por delante de un desdibujado Mikko Hirvonen. El finlandés de Citroën Racing admitió no estar cómodo y no sólo perdió la estela de las posiciones de podio, es que acabó el viernes cediendo la quinta posición a Dani Sordo.
El cántabro empezó el día con una combinación de neumáticos duros y blandos que no le convenció y con un setting en su Mini John Cooper Works WRC que no era el mejor para su posición de salida en este Rally de Alemania. Reaccionó en la segunda sección y terminó por superar a Hirvonen cerrando además ese grupo de seis pilotos con aspiraciones reales al podio final.
Ott Tänak acusó un exceso de temperatura en el motor de su Fiesta RS WRC privado y Mads Ostberg tuvo también un arranque de rally difícil al sufrir una salida de carretera por un problema de frenos. El estonio y el noruego acabaron esta primera etapa en la séptima y octava posición. Cerraron las diez primeras posiciones Chris Atkinson en su estreno con el Mini –y a pesar de haber tenido que parar en un tramo por la mañana al escaparse una botella de agua por el habitáculo del coche– y el mejor de los Súper 2000, el Skoda Fabia de Sébastien Ogier.